La tecnología, las nuevas formas de delincuencia y los cambios que experimenta la sociedad española día a día exigen de la justicia y la abogacía una actualización constante. Francisco Ramos Méndez, abogado y catedrático de Derecho Procesal en la Universitat Pompeu Fabra (UPF), menciona la diligencia como elemento clave para el desarrollo adecuado de un trabajo: la abogacía se tiene que acomodar a la evolución natural de las preocupaciones y necesidades de la sociedad; “no podría ser de otra manera”, remarca.
Ramos Méndez reflexiona acerca de la politización o independencia de la justicia que tanto preocupa a la ciudadanía: “hay un poco de todo” y “no se pueden hacer valoraciones generales”, concluye tras referirse a un caso que considera “paradigmático”. No obstante, en el proceso de interpretación de los hechos intervienen los medios de comunicación y acuñan etiquetas que es necesario contrastar con “lo que ocurre en realidad, lo que ocurre en el papel y las lecturas que se hacen de las resoluciones judiciales” -aclara el abogado.
Por último, Francisco Ramos Méndez comparte su opinión respecto a la conveniencia de reformar definitivamente la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECRIM) para entregar la instrucción de las causas penales al Ministerio Fiscal: “podemos cambiar y encomendar la instrucción al Ministerio Fiscal si ponemos algunas condiciones y hacemos determinadas modificaciones”, dice, “pero mientras no se hagan esas modificaciones ni se ponga un escenario similar al actual en el que el Juez de instrucción desarrolla su labor, yo me quedo con el Juez de instrucción”, cierra refiriendo el título del artículo que escribió defendiendo su postura al respecto.